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viernes, 20 de septiembre de 2013
IOSHUA "CAMPEÓN" nuevo libro de poemas 2013, edicion en Posadas Misiones
nuevo libro de poemas de IOSHUA a puro fulbito pibes barrio y amor por siempre jejej pronto disponible en BsAs, adelanto...
A LA GILADA NI CABIDA
Vivir
Como vive un pibe de barrio.
Llorar
Como llora un pibe de barrio.
Amar
Como ama un pibe de barrio.
Chuparla
Como la chupa un pibe de barrio.
Entregar la cola
Como la entrega un pibe de barrio.
Soñar
Como sueña un pibe de barrio.
Decir la verdad
Como la dice un pibe de barrio.
Decirle en la cara todo lo que sentís
Como lo siente un pibe de barrio.
Comerle la boca
Como se la come un pibe de barrio.
A él podes decirle cualquier gilada
Pero él no se engancha niai
Porque la sabe re bien que
"A LA GILADA NI CABIDA”
TURRO
Wacho el pendejo es un turro medio turbio
Harto bardo de hacerse querer y no cagarla.
Yo lo re banco
Posta, lo re banco de una.
Pero es un turro jodido para esta historia.
No sabe decir “te quiero” ni bancarse la que viene después de eso,
De puro turbio nomas.
Yo sé que amar es un quilombo para pocos
Y la pija es un vicio de muchos.
Capaz aprende a quererme sin joderla
Capaz no me va a querer nunca
Capaz soy un gil que se enamora inútilmente
Yo que se
El pendejo es un turro medio turbio
Que todavía no aprendió a amar.
CESAR DE QUILMES
Cesar,
Tu reino será una parada del 237 en una esquina de Liniers.
Habrá una enorme corona sobre tu casa
Y tus besos serán un don de reos.
Tu serás mi rey por solo un rato
Y yo seré tu súbdito lo que dura un trago.
Te besare llorando por dejarte allí entre los fuegos de artificio en navidad.
No puedes venir conmigo
A mi me llevan a otro reino y nunca más volveré a verte.
Cesar,
Aguardare cada día a que mandes una carta
Y también me enamorare del mensajero.
EN LA CANCHITA DEL BARRIO
Los pibitos del barrio jugaban fulbito todos los sábados en el baldío al lado de la casa de Martín.
Darío era mi novio y iba a verlo jugar en el equipo del Hugo.
Teníamos 15 años y amor de media cancha.
Yo solo iba a verlo jugar sentado en el pasto del costado.
Darío era mi héroe y para mi era el mejor, aunque jugara maso menos.
Teníamos 15 años y un amor que nadie sabía aunque yo lo hubiera gritado desde el paravalancha!
como era el baldío del barrio varios equipos se turnaban para jugar, ahí era cuando Dario descansaba y venia hacia mi todo sudado y resoplando con una sonrisa.
Êl se tiraba en el pasto cerquita mío y me pedía agua... pfa! yo le hubiera dado el mar.
Sonreíamos y bastaba mirarnos a los ojos para que se nos pongan duras las pijas... y yo se la tocaba apenas con mucho disimulo.
Pfa! teníamos 15 años y el corazón a reventar, un amor sencillo y toda una vida por soñar y yo sentía que aun en mi tragedia yo podía ser el pibito más feliz del mundo.
Porque Darío brillaba para mi en la canchita, porque sudado era un tesoro, porque sonreía aun exhausto, porque se le ponía dura cuando me miraba y yo se la tocaba suave y cómplice los sábados al palo en la canchita
del barrio.
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